Los analistas esperan que las Bolsas sigan cayendo por Ucrania y la Fed, y que el petróleo suba aún más
Los analistas esperan que el conflicto en Ucrania siga teniendo un impacto negativo en las Bolsas occidentales, al menos en el corto plazo, mientras se mantienen los temores a que los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal, reduzcan sus estímulos económicos con demasiada dureza y demasiado pronto. Volatilidad es la palabra más repetida en los últimos análisis sobre el devenir de los mercados.
EEUU ha hablado: Rusia podría invadir Ucrania en cualquier momento. La advertencia de Washington provocó caídas del 2,5% para las principales Bolsas europeas en la sesión del lunes. Los analistas consultados por OKDIARIO consideran que las tensiones geopolíticas tendrán más impacto en los mercados, sobre todo en el corto plazo.
La fecha clave contemplada por la Administración Biden es el próximo miércoles, 16 de febrero. Si llegado el día se produce la invasión de Ucrania por parte de Rusia el efecto en las Bolsas será muy negativo. Por el contrario, si la diplomacia consigue evitar el conflicto bélico, la renta variable debería subir.
Las tensiones en la frontera ucraniana escalan en un momento en el que los mercados ya sufrían por un endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales, una cuestión clave, después de que “el cambio de tono de la Fed o incluso del BCE han generado cierto desconcierto”, apunta Diego Morín, analista de IG. Y todo ello en contexto de elevada inflación.
Subidas del petróleo
Mientras tanto, “se mantendrá la incertidumbre sobre los mercados”, apunta Iñigo Isardo, analista de Link Securities, quien considera que los precios de las materias primas energéticas seguirán presionados al alza, “en particular los del petróleo, incrementados, además, por la falta de cumplimiento de algunos de los países de la alianza OPEP+ en alcanzar sus cuotas de producción”, subraya.
Este lunes, el precio del petróleo Brent de referencia en Europa alcanzó máximos de 2014 al superar los 96 dólares por barril. “Podríamos ver acercamientos a la barrera psicológica de los 100 dólares, generando mayor tensión inflacionista, lo que implica una mayor presión para los bancos centrales”, apunta Morín, quien no descarta que se produzcan vaivenes en el oro negro.
La relajación de las relaciones entre EEUU e Irán podría sujetar el precio el crudo en torno a los 80 dólares. “Pensamos que un crudo alto, entre los 75 y los 85 dólares en media durante 2022 será lo lógico. Puede haber un pico en 100 dólares y un bajo en 70, pero la media creemos que será alta”, considera José Lizán, Gestor de Rreto Magnum Sicav en Quadriga Funds.
Subidas de tipos
En opinión del mismo experto, aunque el conflicto en Ucrania puede acelerar el movimiento, “no es la causa”. “Sin duda en un mercado acostumbrado a la inyección monetaria y al dinero barato, pesa mucho más [las perspectivas de unos bancos centrales más agresivos], que es debido al alza de la inflación”. Inmediatamente después de se conociese que el IPC de EEUU alcanzó el 7,5% en enero, el presidente de la Reserva Federal de San Luis, James Bullar, consideró necesario un incremento de los tipos de interés de un punto porcentual para el 1 de julio, lo que implica que el banco central estadounidense suba sus tasas en las tres reuniones previstas antes del verano y que en una de ellas el avance sea superior a 25 puntos básicos. Una postura que reiteró este lunes.
Las expectativas de que la institución que dirige Jerome Powell suba sus tasas en 50 puntos de golpe el próximo marzo se han disparado hasta el 90%; mientras que firmas como Capital Group esperan al menos cuatro subidas de 25 puntos básicos cada una a lo largo del año. Predicción similar a la de Generali Investments, que espera los mismos incrementos y una reducción del balance a mediados de año.
En cuanto al BCE, el reciente cambio de postura de Christine Lagarde, también pilló al mercado a contrapié. Sin embargo, los últimos días ha realizado varios llamamiento para moderar las expectativas del mercado sobre una normalización demasiado rápida. Subir los tipos de interés demasiado deprisa sería contraproducente, ya que socavaría el crecimiento sin lograr reducir la espiral de subida de los precios. «La mitad de la inflación procede de los precios de la energía y la institución no tiene control sobre ellos”, destacan desde Edmond de Rothschild.
La comparación histórica más reciente de lo que los mercados están viviendo actualmente es 2018. Ese fue el ejercicio en el que la Fed subió los tipos y redujo su balance, y el resultado fue un año doloroso para todas las clases de activos. Los rendimientos de los bonos subieron y los precios de las acciones cayeron. “El único lugar para esconderse ese año fue el efectivo”, recuerdan en la gestora abrdn.